Me duele la rodilla, ¿puedo tener una patología de menisco?

La rodilla es una articulación increíblemente compleja. Movimientos simples como andar, saltar o subir escaleras necesitan la implicación de una infinidad de músculos, huesos, ligamentos y demás tejidos de nuestro tren inferior. Y ni hablemos ya de procesos más complejos como regatear jugando a fútbol o nadar a braza.

En prácticamente cualquier movimiento que realicemos de cintura para abajo la rodilla tendrá un papel importante. Por eso mismo, si te duele la rodilla, notarás muchísimas molestias en tu día a día.

El dolor de rodilla no se pasa por alto, ya que en esta articulación recae también buena parte del peso corporal. Claro está, puede ser más o menos intenso y más o menos localizado.

Uno de los problemas más notables en el dolor de rodilla y su posible lesión es la lesión meniscal. Es decir, tener una patología de menisco.

En Traumavance queremos dar a conocer un poco más sobre esta lesión y la forma de tratarla.

El dolor de rodilla y la patología de menisco

¿Qué es el menisco?

Como hemos dicho arriba, la rodilla es un complejo entramado de tejidos que, igual que el mecanismo de un reloj, implica a partes pequeñas para que el resto funcionen. No hay, pues, elementos más importantes que otros sino que todos sirven para su correcto funcionamiento.

Un menisco es uno de esos pequeños elementos sin los cuales nuestra vida será más complicada. Se trata de un tejido cartilaginoso que cumple tres funciones, principalmente:

  • Servir de “tope” ante desplazamientos bruscos y poco naturales de la rodilla.
  • Hacer de amortiguador y distribuir las cargas de los diversos movimientos.
  • Dar estabilidad a la rodilla.

En resumidas cuentas, se trata de un amortiguador y estabilizador en nuestra rodilla. En cada una de ellas tenemos dos, situados a los laterales de estas. En total, claro está, tendríamos cuatro meniscos de rodilla.

¿Cómo sé si tengo una patología de menisco?

Normalmente, las lesiones meniscales se dan en dos grupos principales:

  • Deportistas jóvenes: Aquellos que realicen deportes donde sea importante saltar, pivotar o el movimiento explosivo (baloncesto, fútbol, tenis…) y realicen giros bruscos con la rodilla.
  • Personas mayores: Estas lesiones meniscales se darán normalmente por causas degenerativas.

Síntomas habituales de lesiones meniscales

Normalmente, la patología de menisco se da cuando se produce un traumatismo a causa de la tensión extrema o la degeneración del tejido.

Dicho esto, lo normal es escuchar un chasquido en la rodilla y un dolor intenso, localizado en la parte exterior o interior de la rodilla. También puede darse un derrame e inflamación en la zona.

Por otro lado, es más que común notar cierta inestabilidad en la rodilla al realizar movimientos.

Si tienes alguno de estos síntomas, te recomendamos que acudas a tu traumatólogo especialista de confianza cuanto antes. En Traumavance tenemos dilatada experiencia en medicina deportiva y tratamiento de lesiones, como es el caso.

Si necesitas un traumatólogo en Costa del Sol o Campo de Gibraltar, ponte en contacto con nosotros para que te informemos sin compromiso.

Tratamiento de lesiones meniscales

Las lesiones de menisco son más que comunes en el mundo de la medicina deportiva. Por lo tanto, se trata de un asunto muy procedimentado y que normalmente presenta buenos resultados.

Los tratamientos de lesiones de menisco suelen ser dos: uno que no requiere intervención quirúrgica y otro que sí. Esto se determinará en función de la gravedad de la patología de menisco y el criterio del especialista.

Tratamiento conservador de lesión de menisco

El tratamiento conservador es el utilizado para aquellos traumatismos más leves. Consiste, primeramente, en aplicar el método RICE (Reposo, Hielo, Compresión y Elevación) a modo de primeros auxilios.

Una vez en la consulta del médico, este normalmente nos recetará antiinflamatorios y analgésicos, así como fisioterapia.

Evidentemente, se recomienda no hacer deporte que implique el movimiento de la articulación, a no ser que se indique lo contrario.

Tratamiento quirúrgico de lesión meniscal

Para la intervención quirúrgica, lo más habitual es  hacer uso de una artroscopia de rodilla. Con este método, se consigue sanar la zona con las mínimas complicaciones posibles.

La artroscopia se sirve de una cámara miniaturizada para ver la lesión de cerca. Una vez hecho esto, se realizan micro incisiones para reparar el tejido y después suturar. Así se consigue que la recuperación sea mucho más ágil y las molestias, mínimas.

Recuperación

El periodo de recuperación y la forma de llevarla a cabo dependerá de la gravedad de la lesión meniscal. Este normalmente puede llevar de 1 a 3 meses.

Lo que se suele recetar es reposo, cierta actividad con fisioterapia, drenaje de líquido antiinflamatorio y analgesia. Sin embargo, el principal componente de una correcta recuperación en cualquier lesión es la paciencia.

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portada ligamento cruzado anteriorposoperatorio de una artroscopia de rodilla

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