¿Te duele el hombro? Si ese dolor se da en la parte superior es posible que tengas lo que se llama síndrome subacromial, una patología que se caracteriza por generar un dolor que llega a ser intenso.
De hecho, algunos pacientes se quejan de que no son capaces de dormir por la noche, puesto que les duele más al haber estado haciendo movimientos durante todo el día.
¿Por qué te duele el hombro?
Entre el omóplato y la cabeza del húmero, en la punta del hombro más o menos, está lo que los especialistas conocen como espacio subacromial. Por ese espacio de tu hombro pasan tendones y músculos, sin los cuales no lo podrías mover.
Justo ahí está el manguito rotador, un grupo de tendones y músculos que hacen que el hombro sea estable. Así, lo que ocurre con el síndrome subacromial es que ese espacio se reduce o se irrita.
¿Qué pasa entonces? Pues que notas que te duele y que no tienes la misma amplitud de movimiento que antes.
¿Por qué se da este problema?
Hay algunas razones por las que puede aparecer y lo cierto es que son muy variadas.
Lesiones y traumatismos
Por suerte, hacer deporte cada vez es más común. Sin embargo, el ejercicio a veces causa lesiones o se producen traumatismos, en especial en deportes de equipo o en aquellos en los que se alcanzan velocidades altas, como el ciclismo.
Así, una caída de una bicicleta o un golpe mientras juegas al fútbol pueden producirte el síndrome subacromial.
Desgaste natural
Cada vez vivimos más y eso es excelente, pero nos expone a ver cómo nuestro cuerpo se desgasta poco a poco.
Si ya pasas de los 50, las posibilidades de que sufras este desgaste aumentan, pero no te preocupes porque hay solución.
Movimientos repetitivos
Esta causa es una de las más usuales del síndrome en las personas que trabajan. Se pasan el día levantando objetos (en especial por encima de la cabeza) y eso les cobra factura.
Les ocurre más cuando comienzan en ese empleo y sus articulaciones no están acostumbradas a tanto trabajo, o si hay varios días con picos de tareas y apenas paran.
¿Qué síntomas notas?
Hay una serie de síntomas que son muy claros y que experimentan todas las personas que padecen el síndrome subacromial:
- Dolor en el hombro: el principal de todos. Se agrava al levantar el brazo.
- Limitación de movimientos. De repente, te cuesta hacer las tareas cotidianas.
- Sensación de pinzamiento. Cuando mueves el brazo en algunas direcciones parece como si el hombro se pinzase.
¿De qué manera se puede tratar?
El traumatólogo ya te ha explicado lo que tienes y entre los dos seguro que habéis visto por qué ha surgido el problema en el hombro.
Llegados a ese momento, lo que te interesa es que este profesional te ayude y lo puede hacer de varias formas.
Medicación
Lo primero que va a intentar el traumatólogo es tratar el síndrome subacromial que padeces de la manera más conservadora posible. Se persigue que el dolor desaparezca, que baje la inflamación y que tengas más movilidad.
Aquí se emplean los famosos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) como el ibuprofeno, quizá el más conocido porque todos tenemos una caja en casa.
Se suelen asociar a medicamentos para el dolor, muchas veces el paracetamol si este es moderado.
Es importante que no lo tomes por tu cuenta, sino que sigas las indicaciones del especialista, puesto que estas pastillas no son inocuas y pueden crearte problemas en el estómago.
Inyecciones de corticosteroides
Cuando la medicación por vía oral no funciona, es posible ser más agresivos y entran en escena las inyecciones. Siguen siendo un tratamiento conservador y siempre las recomienda el traumatólogo.
Este especialista te las va a poner en el espacio subacromial, reduciendo la inflamación y el dolor. Se puede decir que son parecidas a las pastillas, pero de acción mucho más directa.
El resultado suele ser el de un alivio inmediato, en especial si la inflamación es aguda, que es cuando más duele.
Eso sí, no te van a poder poner inyecciones a menudo. De hecho, su cantidad está limitada porque estas sustancias tienen efectos secundarios a largo plazo que hay que eludir.
Si esto no funciona, eres candidato a una operación
La idea de los tratamientos que hemos visto es evitar la operación, pues siempre debe ser la última medida como te explicará el traumatólogo.
Si el dolor sigue siendo fuerte a pesar de las inyecciones, no puedes mover bien el brazo y ya te han puesto unas cuantas, lo siguiente es proceder con la cirugía.
Hay dos intervenciones, que dependerán de cuál sea tu problema específico:
- Se mueve una parte del acromion con el fin de crear espacio en el área subacromial.
- Reparación del manguito rotador. Si tienes dañados los tendones del manguito rotador te los tienen que reparar.
Una vez que te operas hay un periodo de recuperación en el que debes hacer reposo, limitar tus actividades y comenzar la fisioterapia.
Al operarte convendría que modificases tus hábitos
Ya operado tienes que hablar con el traumatólogo, en especial si el problema ha venido por el trabajo o el deporte.
Debes de pensar que la operación no es mágica, por lo que, si sigues haciendo lo mismo, el síndrome subacromial puede aparecer de nuevo. Necesitarías una segunda operación y eso no siempre es posible, y si lo es, no es sencillo.
De este modo, debes cuidar al máximo la manera en la que funciona tu hombro, haciendo menos esfuerzos o incluso buscando otro trabajo más suave si fuese necesario.
Por eso, quizá convendría que el traumatólogo te enseñase lo que se denomina higiene postural, la manera en la que puedes hacer los movimientos sin cargar el hombro, todo con el fin de que el dolor no vuelva a aparecer.
También sería una buena idea verificar la posibilidad de emplear adaptaciones en el día a día y en el trabajo. Podemos nombrar las herramientas con mangos que nos ayudan a no levantar mucho los brazos, los soportes ergonómicos para los brazos al usar el ordenador o emplear máquinas en las tareas más pesadas.
Esperamos que este artículo te haya sido de utilidad para conocer mejor en qué consiste el síndrome subacromial. Si tienes alguna duda, contacta con nosotros. Desde Traumavance te ayudaremos en todo lo que necesites.
